Comprometernos con el cuidado de la Casa Común implica tomar conciencia a través de la educación, siendo esto un acto de amor y de corresponsabilidad. Cada árbol que preservamos, cada río que defendemos, y cada ser vivo que protegemos, desde el más pequeño insecto hasta el más grande ejemplar, son hilos que tejen la gran red de la vida que nos sostiene. Por eso, protejamos el mundo natural; La armonía con la Tierra es, en definitiva, un reflejo de la paz que podemos alcanzar dentro de nosotros mismos.
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