Celebramos la Fiesta de tu Presentación, Señor, una fiesta de alegría por la esperanza que nos traes: el futuro, la salvación. El Padre celestial ha guardado su promesa de vida y de perdón, pero no todo es alegría porque serás rechazado por algunos de tu misma gente, aunque vienes a ser luz para todos. Que ojalá hoy encendamos una vela para recordar que Tú has venido como la verdadera luz que ilumina los senderos de nuestra vida. Haznos hijos de la luz y líbranos de la oscuridad del pecado, de la tiniebla de la desesperanza ya que Tú eres nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida. Permítenos ser verdaderas antorchas para nuestros hermanos, que den luz y calor ante la oscuridad y el frío de nuestro pesimismo y soledad. Gracias por este fin de semana que nos regalas. Que Nuestra Madre, la Virgencita Nuestra Señora de la Candelaria, sea nuestro auxilio y escudo. En tus manos y bajo la protección de la Virgencita, hemos iniciado este mes de febrero. Te pedimos que sea mes de felicidad, Alegría y mucha productividad. Amén.
Un muy feliz y descansado Domingo.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Mientras el pueblo esperaba la salvación del Señor, los profetas anunciaban su venida, como afirmaba el profeta Malaquías: «entrará en su Templo el Señor que ustedes buscan; y el Ángel de la alianza que ustedes desean ya viene, dice el Señor de los ejércitos» (3,1). Simeón y Ana son imagen y figura de esta espera. Ellos ven al Señor entrar en su templo e, iluminados por el Espíritu Santo, lo reconocen en el Niño que María lleva en brazos. Llevaban toda la vida esperándolo: Simeón, «que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel» (Lc 2,25); Ana, que «no se apartaba del Templo» (Lc 2,37).
Nos hace bien mirar a estos dos ancianos pacientes en la espera, vigilantes en el espíritu y perseverantes en la oración. Sus corazones permanecen velando, como una antorcha siempre encendida. Son de edad avanzada, pero tienen la juventud del corazón; no se dejan consumir por los días que pasan porque sus ojos permanecen fijos en Dios, en la espera (Homilía, 2 de febrero de 2024)